lunes, enero 24, 2005

El Retorno Del Espiritu Del Guerrero

Al tiempo de llegar a la ciudad de Necochea, recibimos en Templaria a una visita muy especial. Artemio, un fiel alumno de la Escuelita de Taekwondo yo fundara alla..por 1990, se habia enterado de mi arribo y se acerco para verme. Parecia que el tiempo no habia pasado para El, y me gusto comprobar que aun tenia aquella llama de pasion por el arte marcial que viera dentro de El cuando lo conoci.
Despues de los saludos pertinentes y de alguna que otra agnedota compartida, su rostro se solemnizo y con una pequena reverencia de cabeza me dijo..."Sabon, tengo a mi cuidado algo que le pertenece. Digame cuando quiere que se lo retorne."...Sonrei con calma como quien descubre que las cosas son como las habia pensado, y conteste..."Lo se, amigo, cuando yo este preparado para recibirlo...te lo hare saber".
Entonces volvi mi mente hacia antes de irme a vivir con Mi Bomboncito a Los Angeles, y recorde que habia decidido confiarle a Artemio el cuidado del "Espiritu del Guerrero", Una autentica espada katana hecha con noble acero toledano, con un filo capaz de cortarte en dos en una simple mirada. Ella fue mi companera de muchisimas horas de solitaria practica en aquellos anos de busqueda del guerrero dentro de mi. Se habia transformado en el simbolo de mi espiritu desde que aquel viejo instructor me habia dicho que un taekwondista bien entrenado era comparable al filo de una katana. Esa espada fue siempre como mi eje de motivacion para tratar de alcanzar la perfeccion en el arte. Asi que antes de partir, decidi transmitir ese eje, a quien yo creia que podria mantener bien alto ese "Espiritu", a quien a su vez, pudiera recibir la misma influencia de ella como lo hizo conmigo.. Supe que Artemio no me defraudaria...y no lo hizo. La habia cuidado para mi todo este tiempo. Pero en lo mas profundo de mi ser sentia que era preciso que yo me preparada para recibir ese testimonio otra vez.
Llego el dia esperado y fue cuando Mi Maestro de Taekwondo, Sabon Pedro Florindo, vino a Necochea un fin de semana para dar unas clases en el Kumgang, asi que me di el lujo de tener una de aquellas duras clases con Mi Maestro en el mismisimo lugar que funde. Porque elegi el nombre Kumgang?...Porque en coreano significa "Demasiado duro para ser roto".
El Maestro me recibio afectuosamente. Y no tuvo ninguna clase de piedad conmigo. El se transformo en el espejo ideal para mostrarme en donde estaba yo parado, y me vi otra vez al pie de esa altisima montana que representa al taekwondo. Me di cuenta que despues de 5 anos de ausencia, era preciso empezar todo otra vez y el solo hecho de apreciar de cuan grande seria el camino, me hacia titubear y dudar si podria llegar a completarlo. Fue una sensacion de desaliento aquella tarde mientras sentia los golpes que entraban en mi lenta guardia, y notaba que mi cuerpo no respondia con la potencia y velocidad que solia. Impotencia fue anidandose inexorablemente sobre mi. Y cuando me vi a mi mismo con el aliento ido y con un amplio sentido de derrota, llego a mi mente aquel legado del Maestro He Young Kimm..."Un guerrero no esta acabado cuando es derrotado, esta acabado cuando El se rinde". Asi que volvi a respirar con vigor y use mi ultimo aliento en certeros golpes. Me permiti volver a encontrarme con mi mismo y empezar este nuevo desafio. El de trepar otra vez.
Fue bueno haber estado en aquella clase, porque el sacrificio, sudor y fundamentalmente el aliento y felicitacion de Mi bomboncito me hicieron sentir otra vez para que fui hecho. Me vi una vez mas en el "camino".
Regrese esa noche a Templaria con el sudor y cansancio llenando mi cuerpo y esa vieja lesion en mi rodilla derecha latiendome a morir, pero mi espiritu se regocijaba de saberse encendido otra vez. Asi que tiempo despues, invitamos a cenar a Artemio y su familia a la casa. Esa noche, El trajo al castillo al "Espiritu del Guerrero" y con una simple ceremonia puso aquella espada otra vez en mis manos. Desenvaine el acero para dejar que su brillo iluminara la sala. Senti su peso como demasiado para mi mano derecha, como lo fue la primera vez que la empune y tambien una corriente electrica que crispo cada uno de mis musculos. La practica constante hara que esta espada se convierta en una extension de mi brazo como lo fue antes.
Vi entonces un razgo de orgullo en el brillo de los ojos de Nydia y una carita de sorpresa, maravilla y asombro en el pequeno Alexander. Todos se vieron alegrados por la reliquia repuesta. Templaria ya alberga al "Espiritu del Guerrero".


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