jueves, julio 29, 2004

Miami...Magia de playas y Romance

Hizo falta solo aterrizar aquella manana en el aeropuerto de Fort Lauderdale, para conocer a flor de piel el verdadero significado de la palabra “agobio”. Es solo asi como podemos definir el efecto que la humedad de Miami hace en los seres humanos, asentuado para aquellos que vienen de un clima extremadamente seco como quien les escribe. Puedo asegurar que el clima de California es letal si te agarra el sol en el desierto, pero el de aqui te hace suplicar por el aire acondicionado mas proximo.
Habiamos decidido que la mejor jugada para estas vacaciones en la Florida, seria hacer todas las visitas familiares en el primer dia, para poder disfrutar sin presiones, las bondades de estas calidas y transparentes aguas. Asi que comenzamos la epopeya de casa en casa, hasta que nos sorprendio los vientos huracanados de una tormenta tropical. Es asombroso como uno se atemoriza ante el inmenso poder de la  Madre Naturaleza. Esa sensacion de inmpotencia e indefencion hace que uno se acurruque con aquellos que ama, como pretendiendo frenar con nuestras espaldas todos los poderes de la creacion. Pero haciendo uso de la fama de estas tormentas, paso rapido. El sol volvio, pero sin animo de molestar, asi que la calle de lleno de un fresca y aliviante brisa que nos dejo recomponernos. Llegar a la habitacion del condomino es mas que revolcarse libremente en las aguas de un oasis. Es como regresar a la vida. Pero esto estaba recien empezando, asi que dejamos las valijas ahi, para dirigirnos al supermercado mas proximo a conseguir comida y las mas helada cerveza que nos ayudarian a sobrevivir los dias subsiguientes.
A la manana siguiente, pusimos proa a la playa. Mis chiquitos quedaron maravillados de hacer contacto con un “charco” tan grande. Alexander tenia del recuerdo del ano anterior, pero la sonrisa dibujada en Julian te sugeria que El habia encontrado algo exitante para hacer. Y era chapotear con sus manitos en el agua. Se banaron y jugaron hasta el cansancio. Despues nos corrimos hasta la piscina del condominio, dispuestos a probar los nuevos salvavidas de los chicos, que les permitirian mantenerse a flote en el agua. Tambien teniamos un pescado de plastico que funciona a baterias y se mueve nadando como un pescado real. Un juguete novedoso que mantuvo ocupado a Alexander correteandolo a lo largo del lugar. Pero la magia se acabo cuando llego otra tormenta tropical que obligo a replegarse a la tropa hacia las habitaciones.
Esta rutina se fue repitiendo casi cada dia de estas vacaciones. Alrededor del mediodia ya estabamos siempre de regreso por el aguacero, motivandonos a recorrer los centros comerciales de Pompano Beach y Fort Lauderdale por algo de shopping.
 Una noche  de ensueno estuvimos en la avenida de las olas disfrutando de las hospitalidad de “Mango”, un restaurante donde podes probar diferentes platos con frutos de mar. Y tambien, claro, buen vino. Otra noche nos dimos una escapada por la avenida Ocean Drive en pleno corazon de South Beach, donde estuvimos a merced del seductor encanto del distrito Art Deco de Miami. Creo que lo que destaca a este lugar del resto, es esa sensualidad que flota en el ambiente. El encanto de la noche que te abraza con su calidez, mientras un constante desfile de glamour golpea con la intension de demoler tus sentidos. Se ven automoviles muy caros y motocicletas de ultima generacion. Las barras al aire libre ofrecen los tragos tradicionales y tambien los otros por inventar. Muchas parejas cenando a la luz de las velas, y jovenes mujeres y hombres marchando al compaz de la noche. La vida nocturna florece a medida que los minutos se vuela y todos parecen saber exactamente los pasos a seguir para hacerla inolvidable. Algunos quedan varados a merced de los tragos…otros buscan la exigencia de los pasos de baile en los clubes selectos de la avenida Washington…y muchos otros se encienden en una romantica caminata por la orilla del mar. Las asombradas vocesitas de mis chiquitos me devuelven al maravilloso presente de estar abrazado a la familia, y pongo la Dodge Caravan en la ruta A1A al norte.Antes de caernos por el horizonte, mis ojos se encuentran con los de Nydia ensayando el mismo brillo y una sonrisa complice senala ese deseo de volver en un futuro solos, a sumergirnos en esta romantica magia que Miami ofrece a los enamorados.

 


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